La necesidad de dormir
Calentó un vaso de leche,
se sentó en el sofá frente a la ventana y se tapó con su manta preferida, un
trozo de tela desgastado por el uso, si bien, su tacto le producía una
sensación de tranquilidad, su olor le hacía regresar a los buenos años, donde
el dormir no era una necesidad.
La noche caía y lo único
que deseaba era cerrar los ojos para que su mente dejase de pensar, desconectar
de todos aquellos pensamientos que lo atormentaban, el sueño era su seguridad y
la cura de sus terribles pensamientos.
Una noche oscura en un
barrio tranquilo, una luna llena que iba y venía dependiendo del juego de las
nubes. Algún ruido lejano en cualquier otro barrio de las cercanías, era la
rutina de la mayoría de las noches.
Su lugar favorito,
sentado mirando hacia el exterior, en busca de esa oscuridad nocturna que
deseaba que se contagiase en su mente y así dejarlo en esa penumbra placentera
que tanto anhelaba.
La vio allí de pie, junto
a una farola que producía una luz muy tenue, con una falda a cuadros demasiado
corta, se balanceaba de un lado a otro mientras leía lo que parecía una carta,
aquella lectura le producía una felicidad que se traspasaba a sus movimientos.
Mientras la observaba, su mente comenzó a despertar, todavía le quedaba un
resquicio de cordura, pensando que no era justo que la joven se presentase
allí, tan cerca de su hogar, de su propiedad.
Cuando se dio cuenta
estaba detrás de ella, apretándola contra su cuerpo, tapándole la boca para que
no gritase. La carta resbaló de sus manos y observó como la suave brisa la
llevaba calle abajo. Ella luchaba por deshacerse del monstruo, solo bastaron
unos minutos para que su cuerpo menudo se abandonase por la falta de aire.
Con ella en brazos, una
leve sonrisa se dibujó en sus labios, al fin podría estrenar la habitación del
sótano, años preparando aquella estancia, porque sabía que algún día alguien
sería la primera en ocuparla.
Se despertó sobresaltado,
miró el vaso de leche, ni siquiera lo había tocado y ya estaba frío, se levantó
a calentarlo y recordó. Abrió la habitación con sigilo, y sus ojos se
iluminaron al verla allí tumbada.
De nuevo, frente a la
ventana, se tomó el vaso de leche e intentó despejar su mente. Escuchó el
despertador en la planta superior y las voces de su mujer despertando a los
niños, y entonces vio a su hija bajar las escaleras con esa falda a cuadros que
le parecía tan corta y que siempre le producía la misma pesadilla. Varias veces
en la noche comprobaba que estaba a salvo en su habitación, porque los
depredadores estaban al acecho y él no podría vigilar siempre.
A veces no podemos salvar a nuestros seres queridos... Buen relato. Feliz fin de semana :)
ResponderEliminarMe ensalma, por las dudas e incertidumbres que deja el relato. Un abrazo.
ResponderEliminarCarlos
Hay familias muy bien avenidas.
ResponderEliminarNadie puede vigilar todo el tiempo, esa es la peor parte.
ResponderEliminarBuen relato.
Saludos,
J.
Genial relato te da hasta un poco de miedo como sufre el hombre por cuidar a su hija. Te mando un beso.
ResponderEliminarTerrorífico. Para mí tiene otra connotación, su interés por la hija era de otro tipo.
ResponderEliminarUn abrazo grande Mar 🌷
Un relato que intriga... el padre tiene esa pesadilla ¿Es acaso él el depredador reprimido? ¿O tan solo un padre obsesivo con proteger a su hija? Has sabido jugar con las percepciones en este relato. Me ha gustado e inquietado. Saludos.
ResponderEliminarGreat blog
ResponderEliminarPlease read my post
ResponderEliminarso scary to sleep :D
ResponderEliminarI wish the years no need to sleep for me....
ResponderEliminar# Wonderful story..... Thank you for sharing
Amaizing!
ResponderEliminarBjxxx
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Muy buen relato, da miedo, y como siempre me sorprendió el final, saludos, PATRICIA F.
ResponderEliminarMaravillosa entrada como para leerla muchas veces
ResponderEliminarUm bom relato
ResponderEliminarUma história
ResponderEliminarUma grande história que gostei de ler, parabéns !
ResponderEliminarMe encanta como has sembrado la duda en el lector, ese padre preocupado por su hija o ese ser maligno que realmente es, o los dos en uno. Todo es posible. Inquietante. Felicidades, Mar!
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