Apaga y vámonos

 

Apaga y vámonos

Si las creencias, las ideas, las opiniones fueran iguales para todos, la existencia sería aburrida, ¿o no? 

También podría suceder que el tener todos, un mismo pensamiento, se hiciese más llevadero este paso, que todos conocemos como vivir. O, por otro lado, podría suceder que nos fuésemos muriendo de indiferencia y de soledad.

De ahí que seamos tan especiales, únicos, y peculiares. Eso era lo que pensaban los dos seres que vigilaban, desde una distancia prudencial a los que poblaban un planeta, que conocían como “Ruidoso”. 

Durante años, todos aquellos que vivían en otras galaxias, querían acercarse y observar a los minúsculos habitantes de un mundo, que les resultaba insignificante y al mismo tiempo demasiado llamativo.

Cientos de grabaciones de distintos acontecimientos se grababan en aquellas enormes naves, ocultas tras las nubes, reproducciones que luego se emitían muy lejos, para el estupor de unos residentes que se sorprendían de un proceder nunca visto.

Durante los tres meses de confinamiento, los visitantes se preguntaban qué había pasado con el bullicio del planeta ruidoso. Las calles desiertas, los campos se volvían más verdes, los mares mucho más azules, las distintas especies, menos ruidosas, eran las únicas que corrían, saltaban, volaban y nadaban libres como el viento.

No podían entender que, de un momento para otro, el astro ruidoso se quedase totalmente en silencio. Aquello era algo nuevo, durante cientos de años la tierra había sido la diversión de una galaxia aburrida y monótona. 

Miles de grabaciones se pasaban de un planeta a otro, en donde ninguno de aquellos habitantes daba crédito a la forma de vivir de aquel cuerpo flotante tan lejano. Los más pequeños aprendían lo que no tenían que hacer, los mayores se miraban unos a otros sin saber que decir, sin embargo, ya no podían vivir sin aquellas filmaciones.

Piloto y copiloto se miraron, tras esperar un mes y ver que no había cambios, pusieron sus motores en marcha. 

Viajaban llevando una mala noticia por todas las galaxias, parando en los cientos de planetas que esperaban con ansia unas grabaciones que, durante un tiempo, los sacaban de la insulsa rutina.