Amira
Con
doce años se enteró de que cambiaba de casa, de vida, de ilusiones. La casaban
con aquel hombre que llevaba días hablando con su hermano mayor, un hombre que
podría ser su abuelo, que la miraba de forma extraña. Un hombre que palpaba su
cuerpo como el de un animal, que le examinaba la boca como si estuviese
comprando ganado.
Con lo
poco que sabía del mundo sintió miedo, algo estaba pasando y no quería que
sucediese, su vida nunca fuera fácil, sin embargo, era feliz al lado de sus
hermanos, cuidando de la casa, de los animales, ese era su hogar, y bueno o malo
era lo que conocía.
A su
edad no podía entender todo lo que estaba cambiando, ¿por qué su hermano
hablaba de ella con aquel extraño mientras la observaban?, ¿por qué varias
mujeres se habían agrupado cerca de la casa?, ¿por qué otras niñas la miraban
con tristeza?, ¿por qué cada vez que llegaba el hombre no podía moverse?
La
obligaron a recoger sus pocas pertenencias mientras unas vecinas la aseaban y
la vestían con ropa de fiesta, por unas horas no supo lo que pasaba hasta que
llegó a una casa que no conocía a una cama que no era la suya, lloró porque no
quería aquello, deseaba ser una niña, necesitaba reír y jugar.
Perdió
la inocencia tras una violenta situación que le produjo mucho dolor y que nunca
llegó a entender. Tuvo que hacerse mayor en menos de dos meses cuando un dolor
se plantó en su tripa que no paró de aumentar mes tras mes.
Jamás supo lo que le pasaba, su vida terminó cuando nació aquel niño inocente que sin quererlo le había arrebatado la vida a una cándida niña.
jo, la verdad es que es muy fuerte pensar que siguen pasando cosas así cada día, para unas cosas estamos muy evolucionados, pero para otras....
ResponderEliminarme quedo por aquí guapa, un besote y sigue escribiendo como lo haces
Este relato me hizo llorar, esto duele mucho, pero es tan realista muchas niñas viven eso y nadie hace nada tan solo observan.
ResponderEliminarGracias por esta entrada
Esto es terrible, y pensar que ocurre! Parece un cuento de terror. Qué dolor, qué tristeza, qué impotencia! Y se supone que hemos evolucionado tanto!
ResponderEliminarUn abrazo Mar, gracias siempre.
Es horrible que cosas así aún sucedan. No se debe silenciar estos actos, ahora más que nunca se debe alzar la voz
ResponderEliminarUna triste historia que todavía sucede en algunos países, por desgracia... Me encantó el texto está lleno de sentimientos y escrito maravillosamente! Besos
ResponderEliminarEn nombre del respeto a las culturas y costumbres ajenas se toleran muchas cosas intolerables. No queremos que nos tachen de racistas, xenófobos, etc. No queremos que nos señalen con el dedo y a la hora de la verdad somos cobardes, y por eso callamos y sacamos a relucir nuestra tolerancia de naftalina y mierda seca.
ResponderEliminarBom dia, liberdade e não prisão em um casamento.
ResponderEliminarTriste relato, esto aun ocurre en muchas partes. Que triste final para la niña..... Saludos.
ResponderEliminarUn relato que por desgracia suele ocurrir por lo que entristece leer esto pero necesario tenerlo presente. Gracias por compartir!
ResponderEliminarHola guapa
ResponderEliminarAy este relato me rompe el corazón.... Me lo rompe porque como siempre has sabido plasmar las emociones de una manera muy real, y también porque es algo que sigue sucediendo hoy en día y ufff, duele pensarlo
Un besazo
Ay que triste... me vinieron a la mente algunas historias de amigas de mi mamá que les sucedió eso cuando eran niñas y aunque son personas envejecidas todavía recuerdan lo que les sucedió. Que buen relato porque transmite la dura realidad de muchas niñas. Saluditos...
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarLos pelos de punta y la piel de gallina, en serio, al pensar en todas esas niñas que son usadas como moneda de cambio. Que les arrebatan su niñez, y al final, su vida entera, por costumbres, "negocios" o como se le quiera llamar.
Lo que más me hacer hervir la sangre, es que aun se permitan estas cosas. Por mucho que se escuden en tradiciones y no sé que cuentos, eso es un maltrato en toda regla.
Besotes
Qué horror y drama lo que hoy nos relatas, y que desgraciadamente sigue pasando en un mundo silenciado..ojalá un día todo eso acabe.
ResponderEliminarpor cierto, no he dicho nada sobre tu manera de expresarlo pero es obvio que de forma explendida y delicada como siempre..
EliminarHola
ResponderEliminarMe sigue produciendo mucho rechazo estas situaciones. Quiero pensar que al menos aquí en España esta práctica tan desagradable ya está en desuso... horrible situación!
Saludos
Por desgracia este es uno de tus relatos en los que hay más realidad que ficción, aunque nos tengamos que ir a otra época o a otro país, esto ha sido y es en algunos sitios una triste realidad,bss!
ResponderEliminarQue triste realidad nos dejas con este relato, incluso siendo de otra época.
ResponderEliminar¡Qué horror! Estas cosas me parecen terribles, injustas y desfasadas en el tiempo. En pleno siglo XXI nada de esto debería existir ya. Aún queda mucha lucha para las mujeres y en algunos lugares más que en otros.
ResponderEliminarUn beso.
Que triste situación, sin embargo, la vida nos pone pruebas muy duras que a veces no entendemos con la razón. Deseo que aquellas que han y siguen sufriendo este despiadado trato, puedan tener la fortaleza de afrontar a quienes las dejan en las garras del depredador.
ResponderEliminarUna historia muy dura pero también cierta, muchas niñas en la actualidad tambié siguen pasando por eso, matrimonios arreglados, es terrible que en algunos lugares las mujeres sean vistas como mercancías.
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