La foto
En las etapas de la vida la mayor parte de la humanidad se
siente insatisfecha con alguna parte de su cuerpo, con el paso de los años
muchos logran amarse como son y otros intentan por todos los medios cambiar
todo aquello que no es de su agrado. Otros consiguen resaltar aquellos aspectos
que consideran especiales para mitigar aquellos otros que no le gustan.
El caso de María era considerado enfermizo, muchos
especialistas se negaron a seguir con sus exigencias, otros solo pensando en
lucrarse accedían a sus peticiones. No entendía por qué algunos no querían
cambiar lo que era feo en su cuerpo, llegaba a suplicar el cambio para poder
ser feliz, felicidad que le duraba unos meses.
Una foto en una red social puesta por una mujer que buscaba
a una amiga de la infancia la hizo caer en una depresión que la destruyó
interiormente.
La foto era de cuarenta años atrás, en blanco y negro, en
ella se veía una joven de dieciséis años, con el siguiente texto:
“Esta es María L. G. en el año 1981, fuimos amigas desde la
infancia, hemos perdido el contacto cuatro años después de mi partida a otro
país. Ahora he vuelto, te he buscado María y nadie sabe de ti, por favor si ves
esto ponte en contacto conmigo, tengo muchas ganas de verte, de retomar nuestra
amistad”.
María miraba aquella foto y no se reconocía, su cara, su
pelo, su cuerpo habían cambiado a causa de todas aquellas cirugías hechas en
busca de la perfección. Años atrás se deshizo de todas sus fotos antiguas para
romper con su pasado, con su esencia, con su personalidad.
Que tarde se daba cuenta de que todo lo que había modificado
la convertía en una persona que no conocía. El espejo era su monstruo
particular, aquel que le decía todo lo que debería cambiar. La pesadilla de
mirarse día tras día para ver algo que no le gustaba. Ahora miraba aquella
vieja fotografía y le gustaba lo que veía.
Observando aquella imagen lloraba desconsoladamente creyendo
que muchos de aquellos especialistas tenían toda la razón cuando le decían que
todo era normal que así era perfecta. No entendía por qué ahora le venía la
lucidez, porque se había olvidado de su imagen real, porque aquella foto le
recordaba a aquella chica jovial, divertida.
Tomó una dolorosa decisión, no ponerse en contacto con su
amiga, le daba vergüenza que la viese así. Sabía que no iba a cambiar nada más
de su cuerpo, pero sí tendría que cambiar algo de su mente si quería vivir con
todas aquellas terribles decisiones tomadas a lo largo de su vida.
La joven de la foto estaba muerta, ya no quedaba nada de aquella mujer, ahora solo deseaba que su amiga la recordase tal y como se habían conocido.
Inesperado, como siempre. Qué cosas, conocí a alguien así. Pero sí se dejó ver, no la reconocimos. La vida, la vida y lecciones que nos da!
ResponderEliminarVida sempre nos traz grandes lições. Um ótimo dia.
ResponderEliminarQue tristeza que después de tanto sacrificio por cambiar venga alguien y le recuerde la dura realidad y vaya sorpresa que esa chica estaba muerta porque lamentablemente con tanta cirugía y cambios no solo lo físico cambio sino la mentalidad. Sin embargo, como dicen por ahí lo hecho hecho esta y no hay que arrepentirse mientras uno se sienta bien consigo misma no hay que tener los cambios. Enhorabuena por tu historia esta genial.
ResponderEliminarLa baja autoestima, la sociedad de la imagen y de un modelo estereotipado de belleza y por supuesto, lo manipulables y gilipollas que somos. Una mujer demasiado humana.
ResponderEliminarMe ha encantado leer el relato, la baja autoestima, sociedad puede hacernos vulnerables, a pretender ser perfectas, cuando la perfección no existe , da para reflexionar, la vida al final te da lecciones.
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarCreo que refleja fenomenalmente bien, el problema que tenemos con la estética en la actualidad, sea esta desde la perspectiva que sea. La verdad es que conmueve mucho tu relato. Estupendo.
Un saludo! ^,^!!
ELEB 💜
Que fuerte el relato, es verdad que con el paso de los años vamos cambiando , a veces para bien y otras para mal como el caso de la protagonista de esta historia.
ResponderEliminarHola guapa
ResponderEliminares un relato doloroso porque refleja una situación muy real. Gente que no es capaz de ser feliz con su propio cuerpo y lo acaba destrozando, y "profesionales" que se aprovechan de ello...
que duro ese final
Un besazo
¡Hola!
ResponderEliminarSin duda es uno de esos relatos que nos invitan a reflexionar y que refleja a la perfección, o esa es mi opinión, lo que les pasa a muchas personas esclavas de su físico, de las cirurgías... Vamos, llegar a ese punto de no reconocerse, y creo que debe ser algo muy traumático.
Así que amémonos tal y cómo somos, porque nuestros defectos son lo que nos hacen diferentes, además de que la belleza no existe, es algo totalmente subjetivo, y no vale la pena esclavizarse por esa farsa que, supuestamente, te impone la sociedad.
Besotes
De lo malo, aunque tarde, se dio cuenta de los errores que había cometido, llegando a no reconocerse al mirarse al espejo. Tengo entendido que con la cirugía pasa como con los tatuajes, que una vez que empiezas no puedes parar,bss!
ResponderEliminarHola,un placer pasar por tu casa, aquíme quedo.
ResponderEliminarBesos entregados. Buena tarde.
Un relato muy duro de una realidad que vemos, casi, a diario. Creo que, en lo personal, me pueden disgustar algunas cosas de mi cuerpo, todo va cambiando según se va haciendo uno mayor, pero pasar por el quirófano solo lo hago por salud. Me asusta mucho dejar de ser yo misma.
ResponderEliminarMuy interesante y cierto lo que escribís. Muy lindo el blog! Saludos
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