Vivir un sueño
Las noches eran sus días,
cerrar los ojos, vivir a través del sueño era lo que esperaba cada vez que se metía
en la cama, levantarse por la mañana sabiendo que había disfrutado con cada
minuto de la noche le parecía revivir una vida fantástica, especial, fabulosa.
Durante años disfrutaba
siendo un gran médico que salvaba vidas allá por donde iba, un bombero que
apagaba fuegos rescatando personas en apuros, un gran futbolista que era
aplaudido por una gran afición, un piloto que ponía a salvo a todos los
pasajeros en momentos de terror aéreo, un profesor que ayudaba a sus alumnos a
ser los mejores en su campo, un amante de los animales con grandes áreas donde
resguardarlos y cuidarlos, un científico que inventaba la felicidad y combatía
la hambruna. Despertar tras haber vivido todas esas vidas le producía una
placentera sensación, le ayudaba a afrontar el día, le daba el valor de salir
al mundo exterior y real para combatir la soledad en la que cada día se hundían
más las personas, días donde ya no había miradas, ni cotilleos, ni frases
amables.
Estaba seguro de que nada
era realidad, sin embargo, le hacía sentirse útil, reconocido, le subía la
autoestima, le ofrecía seguridad durante las ocho horas de trabajo en aquel
banco, donde simplemente atendía tras una ventanilla sin demasiado contacto con
los clientes, la mayoría realizaban sus gestiones sin perder de vista su
Smartphone o sus iPhone siempre pendientes de lo que desconocidos escribían y
ajenos a los conocidos con los que se cruzaban. El regreso a casa en un autobús
donde cada día veía gente a lo suyo que no reparaban en nadie, que no les
importaban esos otros que viajaban a su lado.
Descubrir que soñando
también se vivía le hizo valorar la vida de otra forma, atento a sus
semejantes, pendiente de los gestos, actitudes, acciones que otros realizaban a
su alrededor esperando ver algo más que movimientos de dedos o sonrisas idiotas
a una pantalla. Los hombres se volvían autómatas, no deseaban mirar a la cara
de su vecino para decirles buenos días, preferían enviar un saludo desde la red
y comprobar cuantos le respondían y eso era la nueva felicidad.
Sus noches eran lo único
que le quedaban, interactuar en un mundo abierto, alegre, extrovertido le
producía una sensación de libertad. Esa noche no fue un superhéroe ni un gran
hombre salvando al mundo, esa noche se enamoró recorriendo el parque junto a
ella, la veía, la sentía, su corazón palpitaba tan fuerte que le despertó sin
saber cómo terminaba, como se llamaba, quien era y donde podía encontrarla. Se
sintió frustrado pues nunca algo así le había pasado, que los sentimientos de
un sueño fuesen tan reales le asustaba, con los ojos abiertos sentía aquel
amor, todavía perduraba en su cerebro su aroma, el tacto de su mano agarrando
la suya y durante meses soñó con ella.
De repente la vio sentada
en aquel autobús, con un libro en la mano, con los ojos muy abiertos observando
la ciudad, era ella, la mujer de su sueño, la mujer de la que estaba enamorado,
la mujer por la que suspiraba todas las noches.
—No he leído ese libro,
¿es interesante?
—Sí, muy interesante, te
lo recomiendo.
—Por cierto, me llamó
Raúl.
—¡Hola, Raúl!, yo soy
Ana.
Los sueños, sueños son, pero no hay que dejar de soñar.
ResponderEliminarHola guapa, pues me ha gustado tu relato, a veces he sentido la sensacion que cuenta, la de vivir otra realidad en los sueños que te hace sentir bien aunque sepas que no es real... el fin del relato tiene su canto a la esperanza! besos
ResponderEliminar¡Qué hermosa historia! :)
ResponderEliminarQUÉ BONITOOOOOOOOOOOOOOOO!
ResponderEliminarMe encantó. Es así como vivo mi vida. Me vi a mí misma de jovencilla tal cual el doctor, pero en mi transporte hacia mis clases de inglés.
Bueno, lindo.
Ah ah! Además, CREO que esto puede suceder. Claro que sí!
ResponderEliminarEn un mundo de pesadilla quizá solo se avanza soñando.
ResponderEliminarCreo que soñando también se vive de alguna manera, nuestra imaginación marca mucho nuestra vida, en la creatividad es un pilar fundamental en nuestros proyectos ideas, me gustó mucho tu relato, y sobre todo el concepto
ResponderEliminarQue historia!... que lindo, me pasa como a él, jejej me encantan mis momentos de sueño, no porque me encuentre con un chico, sino porque me disfruto mucho en los sueños. Que lindo que al final encontró a su chica soñada.
ResponderEliminarHola guapa
ResponderEliminarAy que historia tan especial!! me ha gustado mucho este final, da mucha esperanza y te deja con una buena sensación
Me gustan las historias que nos meten en el mundo de los sueños
Un besazo
Hola!
ResponderEliminarlos sueños y los libros nos permiten vivir otras vidas y en la historia que nos traes hoy parece que son maravillosas :D :D hay veces que los sueños se hacen realidad y el relato da esperanzas de que eso llegue a ocurrir.
Besos!!
Eso es que en algún momento, mientas observaba a la gente, se había cruzado con ella, aunque en ese momento no se fijase tan bien. Se podría decir, al menos en este relato, que los sueños se cumplen,bss!
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarSinceramente, no sé que sería de nosotros sin los sueños.
Sin esa especie de vía, digamos de escape, que nos ayude a relajarnos de la realidad, de nuestro día a día a veces monótonos, otras demasiado duro.
La verdad es que la sensación que se me ha quedado de este relato, es la de la esperanza. De poder hallar el modo en que parte de esos sueños se puedan hacer realidad.
Por cierto, el final es muy bonito. ^_^
Besotes