Visto para sentencia
—En vista de todas las
pruebas y alegatos presentados, Sr. Gómez, le toca el turno de relatar cómo
fueron los hechos ocurridos en el piso tercero de la calle Amapola número
veinticuatro, el día doce de agosto de dos mil veinte. Tenga en cuenta Sr.
Gómez que sigue usted bajo juramento y que una vez finalice, el abogado de la
acusación podrá hacerle todas las preguntas que precise. ¿Está usted de
acuerdo?, quiere acogerse a su derecho de defensa.
—¡Sí!, señoría, quiero
explicar lo que sucedió ese día.
—Sr. Gómez, tengo delante
su declaración inicial firmada y sellada el mismo día que usted fue detenido.
Puede reafirmarse en esta declaración o exponer nuevos datos en este tribunal.
—Quiero hablar, señoría,
no me acuerdo de lo que dije ese día, pero ahora estoy claro y puedo decir todo
lo que paso.
—Sr. Gómez, ¿quiere leer
usted su declaración?
—¡No, señoría, quiero
hablar!
—¡Muy bien!, que conste
en acta que el Sr. Adolfo Gómez Baviera, no se ratifica en su declaración
inicial. ¡Adelante Sr. Gómez!
—Ese día, señoría, todo
era normal, mi mujer llegó a casa y yo tenía la cena hecha, pero me dijo que
estaba cansada, que quería darse una ducha e irse a la cama. Al principio me
pareció mal que no me acompañase para cenar, porque había pasado mucho tiempo
en la cocina preparando algo que le gustase, pero luego no me importó, la oí
como se duchaba y como cerraba la puerta de la habitación —hizo una pausa como
si necesitase aire— yo cené y me fui al sofá a ver la tele —de nuevo otra pausa
como queriendo recordar lo que a continuación seguía —a partir de ahí, señoría,
recuerdo haberme dormido unos minutos y al despertar, allí estaba Rober, sentando
a mi lado.
—Perdone, señoría —el
abogado de la acusación se levantó— en la declaración anterior no se habla de
ningún Rober.
—Sr. Gómez, ¿Quién es el
Sr. Rober? —preguntó el juez—
—Señoría, Rober es un
amigo que tengo, es muy malo, siempre me está diciendo cosas feas, y comenzó a
decirme que mi mujer me había despreciado, que había que castigarla. Señoría,
yo intento no hacerle caso, pero él insiste, e insiste, me vuelve loco. Le dije
que quería dormir, que yo quería mucho a mi mujer, que… seguro que solo estaba
cansada, pero él insistía, que era mala, que no me quería. ¡Sabe señoría!, me
hice el dormido para no escucharlo, y cuando desperté él ya no estaba —se echó
las manos a la cara —fui al cuarto de baño, me duche, y me fui a la cama y me
la encontré allí señoría, había sangre por todos los lados, intenté que
volviese a respirar, pero Rober se había ensañado con ella, y mi mujer estaba
muerta señoría, —se secó unas lágrimas que corrían por su mejilla — fue Rober,
lo juro por Dios, yo jamás haría daño a mi mujer, ¡jamás! Pero Rober viene y va
cuando le da la gana, se aprovecha de mí y me obliga a hacer cosas, entonces me
duermo y así solo es él el que hace daño. Yo no soy culpable, no lo soy.
Todos en la sala miraban
a aquel hombre que estaba convencido de todo lo que contaba. El abogado de la
acusación no hizo más preguntas, para él estaba todo claro.
El juez levantó la maza,
dio un golpe al tiempo que daba por concluidos los debates del juicio oral,
indicando que el procedimiento quedaba visto para sentencia.
Hola, hey esta super interesante, saludos desde kiwybooks!
ResponderEliminarSaludos desde México
ResponderEliminarMe encanta este tipo de contenido, buen post sigue adelante!!
ResponderEliminarGenial, muy buenas historias como siempre...
ResponderEliminar¿Acaso estamos frente a una caso de doble personalidad? Me has dejado con la duda.
ResponderEliminarNo hay justicia que valga, salvo la que impone la naturaleza tarde o temprano.
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarPues por lo que se intuye en el relato, este hombre sin duda debe sufrir algún tipo de enfermedad mental, tipo esquizofrenia (lo digo por lo de su amigo o más bien me ha parecido delirio), porque parece que su realidad dista mucho de lo que pasó.
Al final intentado defenderse, me da a mí que ha dictado él solo su sentencia.
Besotes
La verdad es que defenderse delante de un jurado no tiene que ser nada fácil, cuando escuchas visto para sentencia te debe templar todo! muy bien escrito, me encanta! la justicia siempre por delante
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarMuy interesante el relato. No sé creo que tienes un toque en la escritura que me cautiva. muchas gracia por compartirlo con nosotros.
Un besote!! ^,^!!
ELEB
Holaa
ResponderEliminarQué intrigante! Creas la ansiedad de querer saber más. De que nos has dejado un trocito muy muy pequeñito de un pastel enorme y riquísimo. Eso no se hace jajajaja.
Besotes
Super interesante mi querida... me quede con deseo de más. Sabes construir el suspenso tu.
ResponderEliminarHola, qué intriga!!
ResponderEliminarMe encantaria saber como sigue, creo que puede ser una enfermedad mental pero puede ser cualquier otra cosa.
Genial relato.
Saludos
Me ha gustado, con esa intriga y da para pensar, creo puede ser por enfermedad mental pero en realidad puede ser otra cosa, me ha dejado con ganas de más. Sin duda, tu escritura intriga y cautiva , lo que la hace interesante.
ResponderEliminarHola Mar!
ResponderEliminarLo primero decirte que mola tu nueva imagen bloguera. Solo una pega pequeñita, y es el color del texto. Yo le bajaría un punto el contraste. Me refiero a que un texto blanco sobre un fondo negro queda un poco agresivo al ojo, al mío por lo menos. Yo le pondría un gris claro para rebajar el contraste, si me permites el consejo.
En cuanto al post, me has dejado aterrorizada. Pero hay muchos casos de este tipo. Qué horror que tu marido esté así de loco y termine matándote. En este mundo loco cualquier cosa puede pasar y en la realidad presente aún más. Vamos a terminar todos como cabras.
Un beso.
Uff que post con más intriga has compartido con nosotros, es una locura pasar o vivir algo así con alguien tan cercano.
ResponderEliminarNo conozco casos reales pero este relato me ha hecho recordar a alguna película o serie que he visto y es una pena cuando la medicación no sirve para evitar hechos fatales como este, porque realmente "son otra persona", en este caso Rober, bss!
ResponderEliminarTengo la sensación de que es una doble personalidad, Quizás el señor Gómez que sigue bajo juramento nos dé la clave
ResponderEliminaruf... qué mal rollo y a la vez que intrigante todo ¿existirá o no existirá el tal Rober?
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