La memoria del Karma
Otros relatos que puedes leer:
Condenado a maldecir
El asesino de la marioneta
No las hagas no las temas
Durante tres meses Curro
estuvo rondando a una joven que la verdad no le gustaba demasiado, pero pasaba
buenos ratos con ella, lo que hizo que la joven se hiciese falsas ilusiones.
Una noche Curro recibe
una llamada, la joven quería verle, tenía algo muy importante que decirle,
estaba embarazada. Curro no tenía palabras, su cara era un poema, sus ojos se
abrían y cerraban esperando poder articular alguna frase o poder desaparecer.
No quería aquel hijo, ni
a la joven, no quería saber nada. Esa noche tomó una decisión, huir lo más
lejos posible sin mirar atrás.
Los años pasaron, Curro
se casó, tuvo dos hijos y regresó a su pueblo, nunca se acordó de lo que allí
dejara, de lo poco hombre que había sido por no cumplir de alguna manera con su
hijo y con aquella joven que se había enamorado solo de mentiras.
Como el karma era así de
puñetero, Curro recibió la lección más dolorosa que un padre podría esperar. La
niña de sus ojos llegó a casa llorando, hacía tres meses, que conociera a un
chico, que la había engañado con mentiras, ahora estaba embarazada y él no quería
saber nada.
A la mente de aquel padre
regresaron todos aquellos recuerdos, todas las mentiras y aquella huida de su
responsabilidad, ahora lo pagaba su hija, su niña, su tesoro.
Un hombre se había
aprovechado de su inocencia, de su juventud, lo mismo que él había hecho, no
creía que fuese justo que lo pagase su hija, pero tampoco iba a permitir que se
casase con una mala persona, con alguien que no era capaz de solventar aquella
situación.
Consideraba su deuda con
el destino pagada con un duro precio, con el dolor de su hija que había
aprendido a sufrir demasiado joven. Los mismos años que tenía la madre de su
primer hijo.
Buscó a aquella mujer y a
su hijo, quería poder volver el tiempo atrás y, ya que no era posible,
intentaría desde ese momento ser una mejor persona para que los suyos no
volviesen a sufrir.
Definitivamente,
consideraba que todo giraba en círculo, que las malas acciones regresaban para
darte donde más dolía, para recordarte el daño hecho, así era el karma
conocedor de tus debilidades, la causa y efecto o la acción y reacción de
cualquier mal comportamiento que finalmente influía en las vidas sucesivas.
Volver a los orígenes
tenía que ser el resultado de la pura felicidad, de los bonitos recuerdos, de
la paz al ver a los tuyos y nunca de pena, dolor o tristeza.
Hola Mar!
ResponderEliminarYo cada vez más soy de la creencia de que todo el mal que haces vuelve a ti de algún modo aunque hacerlo a través de tus seres queridos que solo tienen que ver con ello el paraentesco de tu sangre, no es justo. Claro que el mundo, el universo entero nunca lo es... Por otro lado eso explicaría de algún modo todas las cosas malas que nos pasan sin que nos lo merezcamos. Quizá un antepasado hizo algo que no debía y ahora lo pagas tú... Qué difícil es la vida.
Un beso.
El famoso Karma. La vida es una rueda, y todo lo que das, vuelve, sea bueno o malo. Cada día estoy más convencida de eso.
ResponderEliminarSaludos
Y pensar que hay personas que no creen en el Karma, pero pasa todo el tiempo, solo que algunos prefieren hacerse de la vista gorda. Todo lo que das regresa a ti.
ResponderEliminarHola guapa
ResponderEliminarAy, a mitad del relato he pensado que quizá la hija se había quedado embarazada de su medio hermano, que disgusto!
Creo que si, que en la vida todo vuelve y el mal que haces vuelve a ti de un modo u otro. Por otro lado, creo que pasa igual con las cosas buenas, y hay que centrarse en eso
Un besazo
Ahora nos dejas con la duda de si los encontró o no, aunque sea demasiado tarde y solo por calmar su conciencia removida por la mala experiencia de su hija. De existir el karma, este no se portó bien, porque ni los padres deben pagar por los errores de los hijos ni viceversa,bss!
ResponderEliminar