La bella no durmiente
En un lejano país donde
las montañas parecían acariciar el cielo azul, se levantaba un castillo con una
gran torre de la cual no se podía ver el fin, las nubes cubrían parte del
torreón. En lo más alto de la torre, una
bella joven, hacía que dormía, no quería casarse con un hombre que no le
gustase, para ello había creado una historia: El hombre capaz de despertarla
con un beso, sería su esposo y dueño de todo su oro y propiedades.
Durante años hombres de
todos los lugares conseguían acceder a la torre, la bella los escuchaba entrar
y abría un ojo para observarlos, ninguno de aquellos le servía, unos eran
viejos, otros muy bajos, otros gordos, otros demasiado feos. Los hombres la
besaban esperando que se despertase, pero la bella seguía haciéndose la dormida,
esperaría a que llegase el ideal, el perfecto, a él le daría todo su capital,
no podía conformarse con cualquiera, era hermosa y quería alguien perfecto a su
lado.
Un joven príncipe, al
escuchar la historia, quiso participar y tras seguir todos los pasos, encontró
el castillo, miró hacia la torre. Se dispuso a subir para despertar a la bella
princesa. Subió de dos en dos las escaleras, parecía que hacía mucho tiempo que
nadie las había utilizado, encontró varios rellanos con puertas, pero sabía que
ella estaría en el último. Sentía mucha curiosidad, desde que empezara con el
reto, todo fuera diversión, los viajes muy instructivos, durante el camino las
visitas a lugares históricos los llevaba grabadas en su mente, sabía que cuando
le tocase reinar ya no podría hacer esas locuras.
Llegó a la última parte
de la torre, se encontró con una puerta de madera antigua forrada con bisagras
de hierro forjado. Al empujar la puerta notó que pesaba, dentro de la estancia,
una cómoda con un gran espejo, al lado de la ventana una gran cama con dosel,
desde donde caían telas de raso, que dejaban ver la silueta de una mujer
acostada, su pelo era largo y su cuerpo parecía esbelto.
La bella, al oír abrir la
puerta, abrió el ojo y le vio, alto, fornido, hermoso, “por fin” pensó, volvió
a cerrar los ojos, esperando el beso que la hiciese despertar.
El joven se paró en medio
de la habitación, separó la tela, dio un paso atrás, aquella princesa tenía más
de noventa años. Estaba arrugada, el pelo muy largo, blanco con la nieve, su
cuerpo muy delgado y flácido. Yacía en aquella cama, con una respiración
agitada que incluso llegó a darle miedo, fue retrocediendo poco a poco hasta
llegar a la puerta para bajar los escalones de tres en tres.
Por selectiva terminó vieja y sola, gran enseñanza deja tu texto. Saludos desde El Blog de Boris Estebitan.
ResponderEliminarBuah! jajajaj vaya decepción pobre. Y la mujer ahí esperando a su príncipe desde hace años... Me ha encantado el giro que le has dado a este famoso cuento. Para nada me esperaba el final
ResponderEliminarBesazos
Hola! Me encantan tus relatos, siempre me dejan reflexionando, la mujer se queda esperando hasta hacerse viejecita, podemos imaginarnos el final. Me ha encantado como trancurre y no me imaginaba el final.
ResponderEliminarUn besazo!
¡Hola!
ResponderEliminarLa verdad es que me ha sorprendido mogollón el final, aunque admito que esperaba otro un tanto similar. Vamos, que el príncipe la rechazase pero no me imaginaba que fuese por ya vieja, sino por no ser de su agrado. Es decir, que la princesa tomase de su propia medicina.
La verdad es que el relato de hoy nos deja una gran moraleja, o al menos yo lo veo así. El hecho de ser súper exigentes con los demás, puede hacer que al final nos quedemos solos. Y pot otro lado, no sé qué diantres esperaba allí tumbada tanto tiempo en lugar de ir a hallar el "príncipe" que le gustase.
Besotes
Vaya, se quedó sin beso la pobre. Yo creo que envejeció de tanto esperar a su príncipe.
ResponderEliminarTienes unas ideas geniales para tus breves textos y siempre saco alguna moraleja. Me encantan.
Un besazo
Hola guapa
ResponderEliminarAla que giro final más inesperado!! Aunque el mensaje es bastante claro y me gusta
Está claro que no debemos conformarnos con cualquiera pero tampoco se puede ser tan superficial y fijarse solo en lo hermoso,, la belleza esta en el interior
Un besazo
Hola. Me has sacado una sonrisa con este relato. Menuda era esa bella durmiente, quiso engañar a todos y a final los años pasó por ella. Me ha encantado este relato, como siempre. Gracias por compartir tantas cosas. Besos.
ResponderEliminarPero bueno!! No me esperaba ese final en tu historia, la verdad es que me ha encantado porque ha dejado plasmada una gran lección! Besos
ResponderEliminarEn este caso tu relato me ha recordado a un retelling que leí en ciertos aspectos. Vaya aburrimiento tendría que tener encima la señora, años y años aislada en la torre esperando al príncipe azul cuando ella dejaba día a día de ser la bella reina,bss!
ResponderEliminarHola guapa, madre mia que giro final, igual es un poco asi la reaccion del principe pero me puedo imaginar su cara y me ha hecho sonreir y todo! eso si, pobre mujer, igual lo suyo era despertarla pero... no se, es para pensarselo! besos
ResponderEliminarVaya que tal giro de la historia, pero aveces pasa eso que por andar esperando al príncipe perfecto se nos pasa el tiempo y no lo notamos. Como leí por allí mejor ser feliz sin tanto cuento.
ResponderEliminarUn relato precioso, como todos los que escribes y la imagen del final desprende mucha arte y es muy acorde, me ha gustado todo mucho.
ResponderEliminarBsdd
Hola! me encanta leerte, tus finales son una maravilla y el de este es uno de los que mas me gustaron, esta claro que no hay que esperar solo a que llegue la persona idicada, tenemos que salir a buscarla, no siempre funciona el "ya llegara", se te puede terminar el tiempo. Besos
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