Barriendo la ciudad
Muchos años llevaba con
la misma labor, barrer la ciudad, su cuadrante era tan extenso que le permitía
caminar bastantes kilómetros todos los días. Le gustaba ese trabajo, sin jefe
que le presionase, sin compañeros que le estorbasen, a veces incluso conocía
gente de otros países, que le preguntaban por alguna zona o por algún edificio.
Su escoba, el cepillo, la
pala, el carro era todo lo que necesitaba para cumplir con su faena, algunos
podrían verlo como una ocupación penosa, sin embargo, para él era el mejor
trabajo que jamás había tenido. Libre como el viento, con un horario fijo, sin
prisas, sin estrés, incluso podía escuchar música o algún audio libro.
Ese día hacía mucho
calor, se puso su gorra y comenzó la jornada recogiendo todo aquello que otros
iban tirando, a veces pensaba que el colocar papeleras era un despilfarro, pues
la mayor parte de las veces no tenía ni que cambiar la bolsa porque estaban
vacías.
Caminando con su carro
detrás de la gente observaba como con disimulo tiraban papeles, colillas,
incluso hasta algún resto de fruta, otros dejaban a su mascota hacer sus necesidades
mirando hacia otro lado, para arrancar rápidamente, dejando la mierda en medio
de la calle.
Nunca decía nada, se
limitaba a su tarea, pues en una ocasión que había reprendido a un hombre que
llevaba dos perros grandes, los cuales hicieron sus necesidades en medio de la
acera sin que el otro animal que los cuidaba se dignase a recogerlo. Más tuvo
que oír, aquel hombre estaba furioso o ya había nacido así, sus ojos se
inyectaron en sangre y sus puños se cerraron a escasos centímetros de su cara,
hasta los perros se tumbaron en el suelo aterrorizados.
Desde aquel día, llevaría
su trabajo, incluso con más calma, recogería la mierda de otros para que las
buenas personas pudiese pasear por una calle pública, que al fin y al cabo era
de todos.
Esta muy interesante la historia, siempre pendiente de tus artículos. Bendiciones
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarSinceramente, creo que es una de las profesiones menos valoradas popularmente y para mí sin duda, debería ser todo lo contrario.
Esas personas son los que se encargan de mantener limpias nuestras calles para que podamos disfrutar de ella sin que nos coma, y perdón por la palabra, la mierda. Mierda que nosotros día tras día depositamos en las calles, porque a veces olvidamos que somos nosotros los culpables de que nuestras calles estén sucias.
La verdad es que deberíamos valorar el trabajo que hacen día tras día los operarios de limpieza e intentar de una vez por todas, ser más respetuosos, ya no solo con nuestro entorno, sino con ellos también.
Besotes
Hola
ResponderEliminarEs un relato de los que te hace reflexionar sobre las personas que no cuidan nuestro entorno. Dan por hecho que como ya existe alguien para ese fin para qué preocuparse en tirar las cosas en su sitio. Es algo que nunca acabaré de entender al 100% Deberían estar para dar un repaso de limpieza porque siempre se puede caer o volar algo de la papelera. Pero tampoco veo mal que tome la postura de "esto es así" no va a vivir amargado tampoco.
Besazos
Hola!
ResponderEliminarel relato me recuerda a una frase muy desafortunada: si no se tiran las cosas en la calle, los barrenderos se quedarán sin trabajo. No es sino una manera de justificar la vagancia y guarrería de muchas personas porque las papeleras están para algo y si no hay papeleras pues una se espera hasta encontrarlas. Creo que es un trabajo poco valorado y que sería más fácil con la colaboración de todos ya que haga frío o sol (aquí mucho más de lo último) están siempre en las calles.
Besos!!
Hola, es una pena que no haya más empatía y no tiráramos día a día tanta porquería a las calles... a veces olvidamos el trabajo que están haciendo los operarios de limpieza, hay que valorarlos y tener limpia nuestra ciudad.
ResponderEliminarUn beso!
Destacar la importancia de respetar a cada uno como esperamos que lo hagan con nosotros. Y de autollamarnos a otorgarle más valor a los diversos trabajos y no solo algunos. Como el de la limpieza, tan necesario para aportar a la buena salud del medioambiente y la sociedad.
ResponderEliminarMe parece que este trabajo es muy importante a pesar que muchos lo puedan ver como algo bajo, creo que quien se encarga d mantener limpias las calles vale más que aquellos que las ensucian.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en que en muchos sitios poner papeleras es un desperdicio, porque la gente es capaz de tirar la basura justo al lado, en el suelo. Y no hablemos de los excrementos, que hay calles que parecen un campo de minas...yo no sé si algunos barrenderos se habrán negado a recogerlas o son los animales de dos patas los que siempre manchan las mismas zonas con sus perros y no les dan tregua, ,bss!
ResponderEliminarHola guapa, pues la verdad es que a veces los barrenderos parecen personajes invisibles, que hacen su trabajo pero nadie se lo tiene en cuenta y nadie los valora, de ahi que me haya gustado tu eleccion como prota de tu relato, sin comentarios con el energumeno que llevaba a los perros! besos
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