Ángel y misterio
Conocer la mente de otra
persona resultaba complicado, a veces nos preguntamos, que pensará cuando le
vemos inmerso o pasmado mirando al vacío. A la pregunta ¿Qué estás pensando? La
mayor parte de las veces se responde “en nada”, ese nada, si no se le daba más
vueltas, llega incluso a sonar convincente.
Solo cuando crees que ese
“nada” es un cúmulo de pensamientos, ideas, situaciones, vivencias, etc., es
cuando intentas indagar más, pero casi nunca existe una respuesta que te llegue
a convencer.
“Una moneda por tus
pensamientos” era algo muy habitual que te preguntasen cuando tu meditación era
lo único que escuchabas, cuando te aislabas del mundo, cuando no existía nada a
tu alrededor, únicamente aquello que tu cabeza intenta darle vueltas,
comprender, desafiar, y en especial ocultar.
Ella tenía la suerte o la
desgracia de amar a dos hombres, uno de ellos era el príncipe ideal, atento,
cariñoso, trabajador, detallista… todo eso que siempre queremos y era difícil
encontrar.
Con ese hombre la vida
podía llegar a ser tranquila, hasta incluso feliz al noventa por ciento. Un
hombre que se acordaba de las fechas importantes, que siempre estaba cuando lo
necesitabas, que sabía escuchar, que sus consejos viajaban en la dirección a la
mejor solución, lo que en términos generales se denomina como suerte de haber
encontrado la persona correcta.
El otro hombre era lo
todo lo contrario, siempre llegaba tarde, no era detallista, en cuanto a atento
y cariñoso lo demostraba a su manera, no se implicaba en la relación y jamás se
acordaba de una fecha relevante.
Sin embargo, tenía esa
chispa de no saber lo que iba a pasar con él, donde acabarías esa noche, si al
día siguiente llamaría o cogería el teléfono. Un hombre sin perjuicios, sereno,
pero rudo, no se doblegaba con un lloro o con palabras tiernas, a pesar de ello
te hacía sentir algo que el hombre ideal no conseguía.
La decisión estaba en
decantarse por uno de ellos, con los pros a favor del hombre ideal en cuanto a
tranquilidad, con la aventura de descubrir cada día facetas nuevas del otro
hombre. Quería a los dos, uno por su sensibilidad y al otro por su imprecisión,
por el momento no decidiría, así era feliz.
Parece que amaba a uno por sus cualidades y al otro por todo lo contrario, así de complicado es el ser humano. Carpe diem.
ResponderEliminarLa indecisión es una incapacidad. Un lastre para la vida. Esos hombres están mejor sin ella.
ResponderEliminarHola. Que incertidumbre me has dejado. ¿Cuál va a elegir? Pero tanta duda de decidir por uno u otro me transmite que no quiere a ninguno. Si una persona está enamorada no duda ni un segundo. Bonito relato. Besos.
ResponderEliminarHoma 🙋🏻
ResponderEliminarQue difícil es elegir h si existera un tercer hombre que lo tiene todo igual dudaría 🤔 creo que la unica forma de saber es que va a elegir oara ella, y como es ella y que es lo que le conviene a ellos creo que estan en más peligro aquellos que esten est alguien que duda o que simplemente no sabe elegir 🤷🏻♀️ pero se que al final su elección será bla correcta. 👍
Esperamos la siguiente publicación 🙋🏻 Saludos.
Hola!
ResponderEliminardifícil decisión aunque siempre puede tirar una moneda al aire: cara, el príncipe, cruz, el otro. La lanza al aire y siempre deseará que salga una de las dos caras... pues ese será el elegido aunque si de momento es feliz y no tiene que hacer ninguna elección, mejor. Elegir un camino siempre significa abandonar otros.
Besos!!
Hola guapa
ResponderEliminarUff que momento tan díficil, la verdad es que se complica todo con ese panorama. Pero también te digo que sino es capaz de elegir a uno de los dos es porque ninguno llena al 100%
Así si, mejor dejarse llevar y seguir feliz así
Un besazo
¡Hola!
ResponderEliminarPues menuda faena, la verdad.
Conociéndome, creo que me hubiese decantado por el segundo. Vamos, es que soy una persona de por sí un poco caótica lo admito, y las cosas cuadriculadas, como los "príncipes", no me van mucho. Prefiero esa espontanead, el no saber lo que puede depararme el día con esa persona. Aunque cierto es, que eso de no saber si cogería el teléfono o la in puntualidad, me desquiciaría un poco jajaja
Besotes
Que mal a la verdad.
ResponderEliminarDe seguro no hubiera elegido lo segunda opción. Sin duda alguna, me gusta más que las cosas fluyan y que sean como deben ser.
Me sorprende el final, creo que en este caso estaba bien claro que su futuro sería mejor con la primera opción, pero parece que hay a quienes les gusta machacarse y cuanta menos atención reciben, más beben los vientos por esa persona,bss!
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