Alma
Por momentos perdía la
noción del tiempo, se evadía, pensando que aquello no podía ser real, sentía el
inmenso poder del infinito moviéndose sobre aquellas nubes entre blancas y
grises a las que todos querían llegar, solo unos pocos lo conseguían.
Durante un tiempo tuvo
miedo, aquella locura desenfrenada invitaba a abrir su mente a todo lo
desconocido.
Había retrocedido en el
tiempo para adentrarse en aquel año que había olvidado, un año de temores que
dieron un giro a toda su existencia, que el simple hecho de salir a la calle le
producía una sensación de asfixia, de pánico que recorría cada una de sus
extremidades hasta dejarlas paralizadas.
Volver a ese año le
causaba dolor, en su interior más profundo sabía que algo terrible se había
apoderado de su inocencia.
Después de treinta años,
haría un viaje a ese fatídico año, donde tendría que encontrar el motivo o los
motivos de su depresión, de no poder afrontar el mundo, sentir en cada paso
miedo, tristeza.
Regresar a ese tiempo era
como descender por la pendiente más pronunciada donde caías sin saber qué
pasaría al final. Permitir a un extraño hurgar en tus más profundos recuerdos
era algo que nunca hubiese permitido, sin embargo, allí estaba hipnotizada, a
merced de lo que pudiese descubrir.
Con la mente abierta, el
cuerpo dormido, los ojos cerrados retornó a ese año que todo lo había cambiado,
ese año del que no recordaba nada.
Ahora estaba allí, sentía
frío, escuchaba voces, de pronto apareció el silencio que duró unos segundos
para regresar al dolor, al miedo.
Su cuerpo se agitó sobre
aquel diván, un sudor frío recorría su frente y sus manos, el traerla de vuelta
era primordial, había llegado hasta el comienzo de aquella pesadilla, a partir
de ahí el trabajo continuaba, sabiendo cuál era, como había surgido el
problema, se podría conseguir hablar sobre todo aquello que tanto pavor le
daba.
Hablar, contar, revivir
era el primer paso para afrontar el horror, buscar la pureza del alma,
describir el motivo revelado tras la sugestión.
Con los sentidos
despejados, relató todo lo sucedido, el accidente, la muerte de sus compañeros
de clase, el dolor, la paz. Mientras durante meses y meses aquel estado de coma
la había sumido en un vegetal, sabía que después de ese momento el camino iba a
ser largo, el paso inicial ya estaba dado, solo quedaba hablar y hablar de
aquel año, recordar afrontando los miedos depositados en su memoria.
Retomar su vida con
valentía, añorar a los que ya no estaban, llorar si era necesario.
A partir de aquel día, en
cada sesión su dolor se iba mitigando, su angustia desapareciendo, la tristeza
se ausentaba, volvía a conocer el mundo sin miedo, el tormento desaparecía
igual que la niebla en otoño.
Hola! Hablar, compartir recuerdos e informar lo que sucedió ayuda a que el dolor sea más llevadero. beso
ResponderEliminarHola! primero, antes que nada, me encantan tus relatos ya que siento que me atrapan. Por otro lado, este relato cuenta algo que a mi me ha sucedido que es tener que recordar un pasado que que no quiero recordar.
ResponderEliminarA veces un proceso terapéutico puede sentirse como un viaje, puede ser como explorar lo desconocido o como sumergirse en recuerdos nublados y tenebrosos, me ha gustado mucho la forma en que lo plantea este relato, como algo difícil pero necesario, y usualmente esa es la realidad, está genial. Saludos!
ResponderEliminarHola, empecé a leer y poco a poco me quedé atrapada en tu historia, esta escrita de tal forma que quieres saber más y más de qué pasará. Es cierto a veces
ResponderEliminares necesario hablar de lo que nos duele, sacarlo, llorar porque si no se hace luego ese dolor nos carcome por dentro. Luego de expresarlo uno se siente mucho mejor. Me gustó mucho tu historia :)
Este microrrelato tuyo me gustó bastante, tienes una forma de narrar muy especial. Veo que tienes más, así que voy a pasearme por aquí leyendo los demás y seguramente también van a esta buenos. Me imagino que debe ser terapéutico escribir en estos tiempos. Sigue así, creando historias, muchas felicidades.
ResponderEliminarHas conseguido ponerme los pelos de punta con tu relato. Opino que no hay que recrearse en el pasado, si no avanzar. Pero a veces es bueno volver a él, para ver las cosas con la perspectiva que solo te proporciona el paso del tiempo. Gracias por compartir, un abrazo
ResponderEliminarMe quedo encandilada de la profundidad de tus relatos. Qué dolor tuvo que pasar, a veces compartir ayuda a superar ciertos momentos. Me has tenido enganchada de principio a fin.
ResponderEliminarBesotes
Hola!
ResponderEliminarComo siempre me ha parecido un relato muy interesante. Consigues a través de tus palabras transmitir mucho y eso es importantísimo para cualquier escritor. Te agradezco que lo compartas con nosotras.
Un besote!! ^,^!!
ELEB
Ya te lo he dicho en alguna ocasión: me gusta todo lo que logras trasmitir con las palabras. Algo muy admirable. A mi me cuesta expresar tantos pensamientos e ideas como tengo en la cabeza y dar forma de esa manera es algo envidiable.
ResponderEliminarUn saludo
Creo que todos deberíamos hacer alguna que otra sesión en un psiquiatra. Aunque estemos bien ,siempre hay algo que nos atormenta, algo no hablado, no resuelto en el pasado, sentido de culpabilidad de no haber hecho más....Y no puedes hablar con nadie. Tu relato es una buena muestra de ello. Me da que pensar. Gracias.
ResponderEliminar¡Qué buen escrito! interesante y misterioso como a mí me gusta. Es difícil hablar y afrontar los miedos pero muy sano y necesario para poder superarlos...o por lo menos hacerlos pequeñitos.
ResponderEliminarHola!
ResponderEliminarMe encanta lo que siempre transmites, da igual que sean buenas emociones o angustia, pero leerte siempre emociona
Y menos mal que al final va logrando liberarse de ese dolor, hay esperanza y hablando las cosas pueden mejorar
Un besazo
¡Hola!
ResponderEliminarSin duda para poder hallar la solución a nuestros males, y más si son psicológicos, es necesario hacer un viaje interno para así poder hallar el origen de todo ello. Cierto que no debe ser nada fácil, pero es de suma necesidad.
Celebro que la protagonista del relato, haya podido regresar de ese viaje renovada.
Besotes
Hay determinadas situaciones de las que no sabemos salir solos y no debe dar vergüenza pedir ayuda. La hipnosis no está muy bien vista la verdad, pero has hecho que en este caso fuera la solución a 30 años de bloqueos, bss!
ResponderEliminarHola...
ResponderEliminarMe ha gustado tu relato y me ha entristeciudo al verme medio reflejada.
Busco desesperadamente alguien que pueda con mi mente y me ayude a hacer una regresion mental que es lo que hace la persona del relato y tiene agorafobia...A mi no me han muerto compañerps de clase gracias a Dios, pero si hay algo dormido que impide una vida normal... Como la de esa persona...El problema es ser muy consciente... No cualquiera entra en una regresion... Como lo envidio. BSS
Siempre me ha dado much curiosidad la hipnosis como método para superar problemas emocionales, aunque no tengo ningún testimonio de algún conocido que haya pasado por ese trance y tenido resultados positivos en su tratamiento, muy buen relato.
ResponderEliminarHola!! me encanto este relato, me quede con ganas de más. Me gusta como escribes. No suelo leer relatos ortos, pero a lo mejor con los tuyos me animo mas a leerlos. Yo muchas veces he intentado escribir algo, pero nunca lo acabo y eso que no se me da del todo mal escribir. Un Saludo!
ResponderEliminarHola guapa, este relato me ha hecho pensar en todas las personas que se pueden sentir asi, me ha parecido de lo mas revelador y mas viendo como evoluciona tu relato! me ha dado curiosidad y me ha tenido pegada a su final, como siempre es un placer leer lo que escribes! besos
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