El dedo
Llevaba mucho tiempo
ahorrando para las vacaciones que tanto deseaba, viajar a otro continente,
disfrutar de forma relajada, conocer otras culturas, intentar aprender algunas
palabras de otro idioma.
Nunca había salido de su
localidad, las circunstancias de la vida, no le habían permitido poder salir a
descubrir mundo, ni tan siquiera a descubrir que existía más allá de su ciudad.
Solo le quedaban algunas
compras antes de preparar la maleta, y poder embarcar por primera vez en un
avión.
Su coche estaba aparcado
delante de casa, desde lejos vio algo pegado en el parabrisas, en un principio
pensó que había sido por el accidente ocurrido esa misma mañana, sin embargo,
cuanto más se acercaba su rostro iba cambiando de color, ¿era lo que parecía?,
¡Dios santo!, si lo era, un dedo estaba pegado en el cristal, ¡Por Dios! ¿Quién
había perdido un dedo y no lo había recogido?
Miró aquel dedo, aún
estaba fresco, entró en casa con la intención de llamar a las autoridades,
según caminaba, supuso, que eso le traería problemas, al día siguiente tenía
que salir de viaje, se puso unos guantes, cogió una bolsa de hielo e introdujo
el dedo para que se conservase.
Estaba en trance, no
podía creer que esto le estuviese sucediendo a ella, nunca había tenido
sobresaltos en su vida, había planificado al detalle aquel viaje. No podía ser
que el universo se pusiese en su contra, inmersa en sus pensamientos, arrancó
el coche, dispuesta a dejar aquel dedo en el hospital más cercano, se le había
ocurrido que el dueño del dedo tendría que ir a urgencias, posiblemente le
podrían operar.
Dejó el coche alejado del
hospital, caminó con la bolsa escondida dentro de su bolso, tenía que idear un
plan para dejar el paquete sin que nadie la viese.
Entró en el hospital, dio
unas vueltas por la zona de visitas sin encontrar un sitio donde pudiesen
encontrarlo rápidamente.
Observó que en la
ventanilla de admisiones solo estaban dos personas esperando para ser
atendidos, hizo cola, cuando le tocó el turno, sacó la bolsa, la depositó a un
lado del mostrador, mientras la recepcionista rebuscaba en un archivo.
Abandonó el hospital
apurando el paso hasta su coche, se sentó, su corazón no dejaba que sus oídos
escuchasen ningún ruido exterior, palpitaba tan fuerte que parecía que se le
iba a salir por la boca.
No podía creer que
después de tantos años ahorrando para sus vacaciones ideales, le pasase algo
tan insólito, estaba tan centrada, en aquellas vacaciones que había perdido la
noción con el mundo.
Se bajó del coche, sacó
los guantes, se acercó a una papelera, cuando un hombre le toco el hombro.
—Señora, ha visto que le
falta medio dedo.
¡¡Holiii!!
ResponderEliminarEse final si que no me lo esperaba. Estaba tan ensimismada con lo de su viaje, que ni se ha dado cuenta que le falta un dedo. ¿Es que no se ha dado cuenta? Porque eso tiene que doler y mucho.
¡¡Bsssos!!
Hola! Tampoco me esperaba ese final. Pense que iba a terminar con ella en el avión despegando o algo por el estilo, tipo algo relacionado con el viaje. Pero esta muy bueno. Saludos!
ResponderEliminarEs tu especialidad idear finales que nadie se espera! y cómo no le duele? tanta es la emoción de viajar? yo que soy una quejica y me pellizco el dedo y ya me salta la lagrimilla jejejej
ResponderEliminarMuy buen relato
Besotes
Hola guapa
ResponderEliminarMadre mia!! Que mujer y que cabeza!! Si que tenia que estar obsesionada con el viaje para no darse cuenta de que le faltaba un dedo!!
Me ha sorprendido mucho el finall, la verdad es que me he reido!!
Un besazo
Hola guapa, madre mia con esta historia si que me has cogido desprevenida, desde luego no esperaba ese final y anda que vaya con la mujer eh! le has dado un giro inesperado a toda el relato! besos
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarInteresante, muy interesante. Siempre me pasa con tus relatos que una o dos líneas antes de que los descubras ya sé cómo van a terminar y sin embargo me encantan. Creo que manejas muy bien el escalofrío. ¡Enhorabuena! Muchas gracias por compartirlo con nosotros.
Un besote!! ^,^!!
ELEB
Hola!!
ResponderEliminarUn relato sorprendente,no me esperaba ese final la verdad. Aunque me lo tomo colo una lección de vida,muchas veces vamos tan ensimismados y pensando en algo concreto que obviamos lo más importante.
Enhorabuena por el relato
Hola!
ResponderEliminarvaya final, ¿no? me he quedado :O :O el misterio se despeja pero a costa de uno mayor. Me encanta venir a este blog a leer lo que escribes porque, de una forma u otra, terminas sorprendiendo a quien lee.
Besos!!
Hola! me encanta tu relato, menudo final, no me lo esperaba. Me gusta mucho como escribes, tus palabras enganchan desde el principio. Quiero leer mas relatos como este. Besos
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminar¡Madre mía! Me has dejado fuera de combate. Ni por asomo me esperaba que el dedo fuese suyo.
Aunque sí me ha hecho reflexionar en que a muchas personas, cuando tienen algo en mente, no hay nada que les pueda hacer torcer de su camino y no permiten que nada, aunque sean cosas importantes , les haga cambiar sus planes.
Así que me lo tomo como una curiosa metafora. Aunque espero que sí fuese a que le reconstruyeran el dedo ¡por dios!
Besotes
¡¡Qué historia!! Nunca habría esperado este desenlace. Me has dejado de piedra.
ResponderEliminarMuy buena historia y con un final que seguro nadie espera. Enhorabuena
Pero qué traumas tienen las protagonistas de tus historias últimamente...Lo que no más me llama la atención es que no sintiera que le faltaba. Supongo que eso tenga que doler, pero que del shock de verlo y todo el estrés no lo notó :O, bss!
ResponderEliminarEl final me resulta curioso. Tan ansiada con el viaje, que ni nota dolor, ni molestias ni nada de que le falta un cacho de dedo. Eso sí, el mensaje de fondo me gusta, aunque al ser du propio dedo suene exagerado jeje.
ResponderEliminarNunca dejas de sorprenderme, a veces vamos tan obcecados en algo que no somos conscientes de lo que nos rodea, mi hermana tiene una cicatriz en la frente que lo atestigua, ya que una vez se comió una columna por ir de charleta. Gracias por arrancarme una sonrisa, un besote.
ResponderEliminarHola wapa! Que triste estar tanto tiempo esperando esas merecidas vacaciones y al final no darte cuenta de que te falta medio dedo, jejejeej. Bueno, espero que solucionara su probelmeilla, jejejejej
ResponderEliminarbsss
Bonito mensaje y el poder aprender a adaptarnos cuando las cosas no salen como lo hemos planificado.
ResponderEliminarHolaaaaaaaaaaaaaa!
ResponderEliminarMe ha sorprendido como a todas el final de esta pequeña historia, ¿como no se ha dado cuenta que le falta medio dedo? Solo estaba pensando en las vacaciones que tenia planeadas.
Un besito, nos leemos^^
Excelente la manera que transmites suspenso con cada palabra.
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